Mientras que viajar a dedo en Tailandia resulta asombrosamente sencillo a pesar de las dificultades de comunicación, cuando llega el momento de hacer autostop en Laos la cosa se complica. En Tailandia ver un farang en el arcén es cosa rara y mucha gente para por simple curiosidad o con intención de ayudar porque piensan que tienes algún problema o que te has perdido (¡Qué majetes! ). En Laos un farang en el arcén no es raro, es rarísimo y la mayoría de la gente o bien te mira con curiosidad sin saber muy bien qué hacer y no paran porque no saben inglés o bien ante sus ojos te conviertes en un dólar con patas al que pueden sacar pasta sin complicarse mucho la vida; éstos últimos suelen hablar algo de inglés. Efectivamente, muchos de los coches que paran piden dinero por llevarte y, no, no se trata de compartir gasolina, te piden incluso más de lo que cuesta el autobús si lo hubieras cogido desde origen a destino.
Por supuesto hay mucha gente que no es así (más en el sur que en el norte) y gracias a ellos he podido viajar a dedo alrededor de Laos: